Según el comunicado (que puede leerse aquí), "Wisky demostró que no reúne el perfil que nos identifica en el trabajo territorial, deportes, eventos. Sobre todo, no comparte los valores solidarios que hemos mantenido durante tantos años, luchando por los que menos tienen".
Esta declaración del partido que sumó su apoyo a la candidatura de Mauricio Macri una vez pasada la primera vuelta electoral de 2015 y pocos días antes del histórico balotaje, rápidamente encontró su respuesta desde el PRO.
Los encargados de contestar fueron Sergio Capozzi y Melchor Mazzini, dos estrechos allegados a Wisky, quienes lejos de mostrar preocupación casi trataron al PVC de ser un simple sello de goma.
"Lamentamos la pérdida de aunque sea un solo simpatizante", contestaron, poniendo en su justa dimensión el portazo y apelaron a la ironía para mostrar las verdaderas razones del distanciamiento.
Las declaraciones de Capozzi y Mazzini -que pueden leerse aquí- dejan entrever que las diferencias con Balmaceda se originan en las prácticas de punterismo político del PVC, y en el hecho de que este minoritario partido barilochense condicionó su apoyo al otorgamiento de cargos y beneficios para su gente. Todo esto resultó un cóctel intolerable para los representantes del oficialismo nacional, que tienen una bajada de línea permanente de despegarse de la "vieja política".
El enojo de Balmaceda y la respuesta del PRO hacían suponer que este no sería el último round. Pero desde el PVC nadie volvió a decir nada. El que calla, otorga.
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