sábado, 5 de noviembre de 2016

Desbocado, Pichetto apuesta a convertirse en el Donald Trump argentino




En una semana de locuacidad desatada, el senador Miguel Ángel Pichetto mostró nuevamente su habilidad para ocupar el centro de la escena con declaraciones que para muchos siembran dudas sobre su estado mental pero que, para los más avispados, responden a su conocida capacidad de cálculo y su implacable instinto político.Primero, quizás olfateando un triunfo de Donald Trump en las elecciones de los Estados Unidos, el senador que representa a nuestra provincia decidió sacudirse cualquier resabio de kirchnerismo y cargó duro contra los inmigrantes. 

En declaraciones reproducidas por varios medios periodísticos, Pichetto dijo que "Tenemos que dejar de ser tontos. El problema es que siempre funcionamos como ajuste social de Bolivia y ajuste delictivo de Perú".


En su carga contra los extranjeros, Pichetto no se ahorró ninguno de los argumentos que hacen subir en las encuestas al multimillonario norteamericano y se preguntó "¿Cuánta miseria puede aguantar Argentina recibiendo inmigrantes pobres?".Como era de suponerse, desde el propio kirchnerismo y desde los organismos del Estado Nacional que aún hoy permanecen bajo su órbita de control político e ideológico salieron a poner el grito en el cielo y la denuncia del INADI no se hizo esperar. Pero lejos de amilanarse, Pichetto redobló la apuesta: "Todo el mes de noviembre el Hospital Rivadavia está ocupado por ciudadanos paraguayos, que tienen turnos ya establecidos por anterioridad. No cuestiono esto, lo que digo es que tiene que haber mecanismos para que esos países compensen al Estado".

Estas no fueron las únicas declaraciones que pusieron a Pichetto en las antípodas del kirchnerismo al cual defendió a rajatabla hasta hace unos pocos meses. El esquivo senador también dijo lo suyo respecto al aumento de las dietas legislativas. A contramano de la postura de su propia bancada, que pidió se revisaran los aumentos en los haberes de los legisladores y de la decisión anunciada por el titular de la Cámara Baja, Emilio Monzó, y anticipada por la presidenta del Senado, Gabriela Michetti, Pichetto consideró que "es lógico que un legislador cobre 90 mil pesos". "Sin sueldos no hay política", dijo, en un acto de sincericidio.

De esta manera, Pichetto no sólo parece encaminado a romper con su pasado, sino que dejó en ridículo a sus propios compañeros de ruta del Frente para la Victoria, espacio que aún hoy integra y del que no dio a entender que se alejará.




Casi como un dato de color, para el final, dejamos el hecho de que mientras Pichetto busca exorcizar su pasado, uno que dijo que nunca fue kirchnerista ahora busca colgarse de la pollera de Cristina. Se trata de Martín Soria, que hace unos días atrás hizo circular un video bien en línea con "el relato" y con los infaltables toques necrofílicos que tanto le gustan al peronismo en general y al intendente de General Roca en particular.




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