domingo, 27 de noviembre de 2016

Soria humilla a todo el macrismo y vuelve de Buenos Aires con 76 millones

Con suma picardía el intendente hereditario de General Roca, Martín Soria, dejó en ridículo a todo el Gobierno Nacional y muy particularmente a sus emisarios y adherentes en la provincia de Río Negro.

Tras poner cara de circunstancia en una reunión con autoridades del área de Vivienda de la Nación destinada a destrabar la ejecución de 231 viviendas en General Roca, Soria se subió rápido al avión que lo devolvería a sus pagos. Pero no lo hizo solo, sino con técnicos de los organismos nacionales encargados de ejecutar un programa del BID destinado a asfaltar calles.

El jueves, con bombos y platillos y jactándose de su logro, Soria abrió los sobres de la licitación para pavimentar 80 cuadras a partir de un financiamiento del BID por 76 millones de pesos.

Hasta aquí, todo parece normal. Incluso si se tiene en cuenta la pésima relación que supo cultivar Soria con el Gobierno Nacional, con permanentes chicanas en público más allá de la estrecha relación que lo une con el "coordinador" de Interior para la provincia, Juan Martín. A fin de cuentas, un financiamiento del BID no se le niega a nadie.

El problema es que al día siguiente, el viernes, en un acto mucho más rimbombante su vecino Aníbal Tortoriello recibió al secretario de Obras Públicas de la Nación, Daniel Chaín, al "coordinador" de Interior, Juan Martín, y a un séquito de intendentes de la región, para abrir una licitación similar, pero por un monto de apenas 27 millones.

"Soria se la pasa puteando y le dan tres veces más que a Tortoriello, que se desvive por ser el mejor alumno de la clase. ¿Qué nos queda para nosotros?" se quejaba por lo bajo un funcionario municipal que había hecho unos cuantos kilómetros para trabajar de aplaudidores de Chaín y de paso compartir con varios de los presentes las quejas por las permanentes promesas incumplidas de todo tipo que vienen de Nación a través de sus representantes locales.

En este mar de fondo que viene creciendo silencioso pero de manera constante, no faltó quien observara que "por si esto fuera poco, Soria se dio el lujo de cortarse solo y armar el acto sin invitar a ningún funcionario de Nación que le sacara protagonismo", preguntándose si esto se debe a algún centro milimétricamente tirado desde algún sector del Gobierno Nacional o si en realidad nadie controla nada.

Sea cual sea la respuesta a estos últimos interrogantes y a muchos más que comienzan a escucharse en voz cada vez más alta en el entorno del gobierno nacional no sólo en la provincia sino a nivel nacional, hay una verdad inmutable. La política es para los vivos, y Soria acaba de demostrar que (solo o quizás con un poquito de ayuda) en esto le saca algunos cuerpos a otros.







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